Del falso PROgresismo argentino y el encono que impostan
Breve análisis estableciendo responsabilidades a menos de dos meses de administración(*) macrista del país.
Desde Diciembre
último venimos asistiendo a una catarata de actividades de repudio
ante los diferentes atropellos de la administración Macri.
Cada decreto
emitido constituye una ofensa, un ataque liso y llano a lo que
podemos definir como “el pueblo”.
Cada licencia,
cada vacación que se tomó en este mes y medio de administración el
nuevo Presidente, no es otra cosa que una ofensa a cada uno de los
laburantes y militantes que, estoicamente, transformaron (mos) un
país en bancarrota, arruinado en todo sentido, en ese país pujante,
soberano, independiente, solidario que en Noviembre último remato su
rumbo en una extraña ruleta rusa.
Y el remate más
alocado, más preocupante de toda esta barbarie de derecha: la
detención de Milagro Sala en Jujuy. Detención que se lleva adelante
por ocupar una plaza… tras la cual se pretende construir un
andamiaje delictivo que permita justificar, con posterioridad a la
clausura de su libertad, este hecho que directamente podemos
calificar como de facto.
Por lo tanto
cuando nos lamentamos, nos indignamos, nos revelamos, lo hacemos
simplemente porque Macri es el presidente. Es decir, y tratando de
aclarar el panorama: porque el Kirchnerismo no es más nuestro
gobierno.
Eso es todo,
estamos indignados porque ocurre lo que iba a ocurrir si el
kirchnerismo abandonaba la conducción del país, si el proyecto
nacional y popular dejaba de ser el proyecto de gobierno de nuestro
país. Claramente la opción por derecha genera lo que hoy estamos
midiendo.
Pero ocurre algo
paradójico: los actores que durante la gestión kirchnerista
conspiraban en contra de nuestro gobierno: algunos socialistas,
sectas de la izquierda testimonial argentina, la derecha peronista
encarnada principalmente en la vieja conducción sindical (UnTER en
Río Negro es un buen ejemplo de toda esta mezcla), estos personajes
hoy forman parte del colectivo indignado, revelado y preocupado.
En fin el falso
progresismo argentino que cuando hizo falta, se puso al frente de cada una de las intentonas
destituyentes de la derecha:
-
la 125 y “el campo”,
-
el reclamo indigno por el no pago de impuesto en los salarios más privilegiados -impuesto a las ganancias 4ta categoría-,
-
la pose frente a la ecología reclamando desde un “smartfone” el no a la minería…
un falso
progresismo que atentaba contra la gobernabilidad del kirchnerismo
ahora aparece compartiendo vereda con “nosotros” (kirchneristas)
repudiando el gobierno que resultó vencedor tras años y años de
esquilmar la figura de nuestra presidenta.
¿Qué pasa?
¿tenemos que pensar que se imaginaban otra cosa? ¿algún otro
desenlace?
Pero creo que hay
actores con una responsabilidad específica y fundamental: Los
sindicalistas.
Es una verdad de
peregrullo que la clase media (integrada en estos últimos años
principalmente por trabajadores) es tilinga e ignorante, reaccionaria
y envidiosa. Con lo cual se revela la necesidad imperiosa de formar
políticamente, desde una mirada clasista (trabajadores) esta mayoría
(hoy en franco retroceso numérico).
Formar a los
trabajadores, explicarles que su suerte esta necesariamente atada a
la de los vecinos, hermanos, en actividad, desocupados o jubilados.
La suerte de los docentes esta atada a la de las familias de quienes
educan, no hay duda. ¿cómo se explica entonces que mayoritariamente
la docencia repudiaba la AUH, la universalización de las
jubilaciones, etc? ¿como explicar que l@s docentes en las escuelas,
los empleados en las administraciones públicas, estaban preocupados
por “el cepo al dólar”?.
¿Qué hacían las
dirigencias gremiales frente a estas realidades?, en lugar de formar,
de explicar que la suerte de la clase obrera, trabajadora, era ni más
ni menos que la de ese gobierno que hoy (muchos sin entender o
querer) añoran. En lugar de explicar que el impuesto a los salarios
privilegiados era necesario para aportar a la redistribución de la
riqueza, salían a profesar el odio, la lujuría antikirchnerista…
egoístas insaciables devenidos en “defensores del salario” en
cada plaza convocada por Barrionuevo, Venegas, Michelli… bueno aquí
esta el resultado: ahora deberán salir a defender los puestos de
trabajo.
Ojo, no hay ningún
tipo de ingenuidad en estas lineas. Estoy absolutamente convencido de
que era este el resultado que buscaban. No les quedaba cómoda esa
oposición a un gobierno absolutamente nacional y popular. Es frente
al neoliberalismo que estos personajes realzan la figura y logran
esconder la hilacha reaccionaria, antinacional y antipopular.
No se si habrán
hecho la correspondiente autocrítica, ni lo se ni me importa. Más
me preocupa si eso alcanza para algo a esta altura de los hechos.
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(*)Escuche
una notable interpretación por la cual se sindica al macrismo como
administradores y no gobernantes del país. El gobierno es ejercido
por entes financieros y especuladores, el PRO provee los gerentes
para la administración simplemente.
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