martes, 26 de enero de 2016

PROgresismo


Del falso PROgresismo argentino y el encono que impostan

Breve análisis estableciendo responsabilidades a menos de dos meses de administración(*) macrista del país.

Desde Diciembre último venimos asistiendo a una catarata de actividades de repudio ante los diferentes atropellos de la administración Macri.
Cada decreto emitido constituye una ofensa, un ataque liso y llano a lo que podemos definir como “el pueblo”.
Cada licencia, cada vacación que se tomó en este mes y medio de administración el nuevo Presidente, no es otra cosa que una ofensa a cada uno de los laburantes y militantes que, estoicamente, transformaron (mos) un país en bancarrota, arruinado en todo sentido, en ese país pujante, soberano, independiente, solidario que en Noviembre último remato su rumbo en una extraña ruleta rusa.
Y el remate más alocado, más preocupante de toda esta barbarie de derecha: la detención de Milagro Sala en Jujuy. Detención que se lleva adelante por ocupar una plaza… tras la cual se pretende construir un andamiaje delictivo que permita justificar, con posterioridad a la clausura de su libertad, este hecho que directamente podemos calificar como de facto.
Por lo tanto cuando nos lamentamos, nos indignamos, nos revelamos, lo hacemos simplemente porque Macri es el presidente. Es decir, y tratando de aclarar el panorama: porque el Kirchnerismo no es más nuestro gobierno.
Eso es todo, estamos indignados porque ocurre lo que iba a ocurrir si el kirchnerismo abandonaba la conducción del país, si el proyecto nacional y popular dejaba de ser el proyecto de gobierno de nuestro país. Claramente la opción por derecha genera lo que hoy estamos midiendo.
Pero ocurre algo paradójico: los actores que durante la gestión kirchnerista conspiraban en contra de nuestro gobierno: algunos socialistas, sectas de la izquierda testimonial argentina, la derecha peronista encarnada principalmente en la vieja conducción sindical (UnTER en Río Negro es un buen ejemplo de toda esta mezcla), estos personajes hoy forman parte del colectivo indignado, revelado y preocupado.
En fin el falso progresismo argentino que cuando hizo falta, se puso al frente de cada una de las intentonas destituyentes de la derecha:
  • la 125 y “el campo”,
  • el reclamo indigno por el no pago de impuesto en los salarios más privilegiados -impuesto a las ganancias 4ta categoría-,
  • la pose frente a la ecología reclamando desde un “smartfone” el no a la minería…
un falso progresismo que atentaba contra la gobernabilidad del kirchnerismo ahora aparece compartiendo vereda con “nosotros” (kirchneristas) repudiando el gobierno que resultó vencedor tras años y años de esquilmar la figura de nuestra presidenta.
¿Qué pasa? ¿tenemos que pensar que se imaginaban otra cosa? ¿algún otro desenlace?
Pero creo que hay actores con una responsabilidad específica y fundamental: Los sindicalistas.
Es una verdad de peregrullo que la clase media (integrada en estos últimos años principalmente por trabajadores) es tilinga e ignorante, reaccionaria y envidiosa. Con lo cual se revela la necesidad imperiosa de formar políticamente, desde una mirada clasista (trabajadores) esta mayoría (hoy en franco retroceso numérico).
Formar a los trabajadores, explicarles que su suerte esta necesariamente atada a la de los vecinos, hermanos, en actividad, desocupados o jubilados. La suerte de los docentes esta atada a la de las familias de quienes educan, no hay duda. ¿cómo se explica entonces que mayoritariamente la docencia repudiaba la AUH, la universalización de las jubilaciones, etc? ¿como explicar que l@s docentes en las escuelas, los empleados en las administraciones públicas, estaban preocupados por “el cepo al dólar”?.
¿Qué hacían las dirigencias gremiales frente a estas realidades?, en lugar de formar, de explicar que la suerte de la clase obrera, trabajadora, era ni más ni menos que la de ese gobierno que hoy (muchos sin entender o querer) añoran. En lugar de explicar que el impuesto a los salarios privilegiados era necesario para aportar a la redistribución de la riqueza, salían a profesar el odio, la lujuría antikirchnerista… egoístas insaciables devenidos en “defensores del salario” en cada plaza convocada por Barrionuevo, Venegas, Michelli… bueno aquí esta el resultado: ahora deberán salir a defender los puestos de trabajo.
Ojo, no hay ningún tipo de ingenuidad en estas lineas. Estoy absolutamente convencido de que era este el resultado que buscaban. No les quedaba cómoda esa oposición a un gobierno absolutamente nacional y popular. Es frente al neoliberalismo que estos personajes realzan la figura y logran esconder la hilacha reaccionaria, antinacional y antipopular.
No se si habrán hecho la correspondiente autocrítica, ni lo se ni me importa. Más me preocupa si eso alcanza para algo a esta altura de los hechos.


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(*)Escuche una notable interpretación por la cual se sindica al macrismo como administradores y no gobernantes del país. El gobierno es ejercido por entes financieros y especuladores, el PRO provee los gerentes para la administración simplemente.

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